El Encargo

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El Encargo

Dos de la mañana, suena el teléfono en casa de La Mutante. Lo coge casi dormida…

— ¿Sí?

— No, ¿Qué tal estás, Cariño? —dice el Demonio del Aparta Hotel— ¿Vienes a verme?

— Claro —contesta ella— ¿Cuándo y Dónde?

— Mañana a las cuatro, aquí.

— Ok, un beso —se despide La Mutante.

— Beso con lengua, zorrón —dice el Demonio.

Miércoles, 10:00 am. Toca compras, ropa interior, exterior y accesorios. Ella siempre va impecable. A las 15:30 pm está ya en la recepción del Aparta Hotel.

— Hola wapa… ¿un cafecito? —pregunta el Demonio.

— Sí, voy a dejar de comer hamburguesas, me está saliendo celulitis —contesta ella.

— No te preocupes, yo te curo —dice él entre risas— Tienes un encargo —le dice mientras le entrega un sobre grande— Ahora libro hasta las 17:30 ¿Te vienes a mi habitación? Tengo de todo, aunque yo sé que tú solo quieres una cosa mía… Por cierto, trae el café, la leche ya la pongo yo.

— ¡Qué bien me conoces! —exclama ella excitada— vamos, que el tiempo corre…

Al llegar a la habitación, ninguno de los dos lleva ya nada de ropa. Ella le masturba, preparando bien la coctelera de su alimento, y le pide que él haga lo mismo, pero con la boca, cosa que inmediatamente hace como si de un esclavo se tratara, tragando todos y cada uno de los fluidos que saben a borbotones del húmedo coño de ella.

— ¿Te puedo pedir algo? —pregunta ella retorciéndose de placer.

— ¡Pídeme lo que quieras! Soy tuyo…

— Cuando termines por ahí abajo, quiero que me metas esa gran polla por el culo y que me limpies los conductos intestinales, eso sí… antes de correrte, avisa, que lo quiero todo en mi boca.

— ¡Tus deseos, son órdenes para mí! —dice él mientras come.

Al rato… los dos se encuentran tirados en el suelo, medio muertos y sudorosos…

— …Y ahora, ¡Relax! —dice La Mutante mientras limpia con la lengua el miembro del Demonio de restos de esperma.

— ¡Ni que lo digas! —contesta él extenuado— ¡Ahora a trabajar! Tu objetivo es un político corrupto, paga una asociación.

— ¡Qué divertido! —¿es que hay algún político que no sea corrupto? —pregunta entre risas.

— Le gustan la “Putas de Lujo”, no tendrás problemas. Gasta el dinero de los impuestos en putas, drogas, viajes, comidas y lo más importante… en abogados.

— ¡Le voy a dejar a la vista, y seco! —dice ella sarcásticamente— será un verdadero “Placer”.

— Muy bien, entonces nos vemos en el próximo encargo ¿vale? —pregunta el Demonio.

— Sabiendo tu hora de descanso, igual me paso algún día a echarme una siestecita —dice ella pensando que ese semen es primordial para ella y su juventud, y lo tiene a su completa disposición.

— Mi casa, es tu casa —dice él mirándola de arriba abajo con lascivia. ¿Vienes mañana? —pregunta.

La Mutante sabe que, si inicia una relación con el Demonio, perdería el interés. Lo hombres pierden pronto el incentivo cuando tienen “algo seguro” y decide que le verá, según los encargos y así siempre tendrá algo de alimento asegurado.

— No, no puedo —dice ella excusándose— tengo albarán en la tienda. Es cierre económico.

— Pero… ¿no tienes un asesor? —le pregunta él decepcionado.

— Lo despedí, —contesta— Me robaba, pero creo que nunca más robará.

— Bueno… Pues habrá que conseguir más encargos —dice él mientras se ríen los dos.

Al día siguiente, se dirige al “Hotel Destino”, de cinco estrellas. Lleva ropa de ejecutiva, sin ropa interior… Sube a la habitación del objetivo y llama a la puerta.

— ¿Quién es? —pregunta el político corrupto.

— Traigo un regalo, de uno de tus amigos —contesta ella tras la puerta.

El Político abre la puerta y se queda asombrado ante tal mujer…

— Pase, por favor.

— Buenas, alguien parece ser que le debe un favor y por eso estoy aquí —dice ella mientras se va desnudando— ¡Échese y relájese!

La Mutante se restriega, desnuda por los genitales del político corrupto y le baja los pantalones… El político tiene una gran erección y La mutante se introduce el pene dentro de su coño y empieza a moverse con furia. Le dice que abra la boca. Él, sumiso, lo hace y es entonces cuando ella empieza a absorber su “esencia de vida”. Lo deja seco con la boca abierta y la polla arrugada. Se viste y sale por las escaleras de emergencias hasta la puerta trasera pensando…

— ¡Un corrupto menos!

Al llegar a su domicilio, llama al cliente e informa que el trabajo está hecho y que quizá no tenga más noticias de él y que debe formalizar el segundo pago. Lo normal es tapar las muertes extrañas, por lo que no saldrá en ningún noticiero, simplemente, ya no está…

[…] Continúa en… «La Encrucijada» […] 

Autora: "Lilith" - Adaptación de: 1331Ocho

Imágenes:

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