El Negocio

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El Negocio

Al día siguiente, se dirige al parque haciendo footing. El parque es grande, varias hectáreas. En una especie de arboleda, hay varios jóvenes bebiendo y fumando, uno de ellos tiene la mano vendada. Se acerca por la parte de atrás y los escucha, están hablando de la violación de la vecina…

— ¡Le dimos lo suyo a la guarra esa! —exclama uno riéndose— Pero el puto perro me dejó la mano bien jodida.
El Mutante se esconde, ya tiene localizados a los violadores. Los seguirá hasta sus domicilios y en el momento adecuado… los irá aniquilando uno a uno.

En la App de Tinder, hay varias mujeres que quieren “tema” con él, pero esta tarde es… tarde de negocios. Sobre las 16:30 s dirige al Aparta Hotel y entra en la recepción.

— Buenas tardes —saluda educadamente— Querría la casa número siete, por favor.

— Esa está ocupada —le dice el demonio— ¡Qué buen tiempo hace! ¿No?

— ¿A quién le importa el tiempo que haga? —contesta él con otra pregunta.

— Tome la llave de la casa número siete, en un momento estaré allí con usted. Bienvenido —dice el demonio.

No le ha reconocido, como es natural por su nueva apariencia de hombre, y se propone hacer algo para seguir alimentándose del generoso semen del demonio. No tiene nada que perder y sí mucho que ganar, por lo que piensa seducirle y haber qué pasa… Total, el “No” ya lo tiene y quién sabe, lo mismo hasta se lleva una sorpresa.

— Lo haré de forma directa —piensa— sin contemplaciones.

Al poco rato, el demonio llama a la puerta.

— Pasa —dice el Mutante— ¡Estás en tu casa!

— Gracias —contesta con sorna el Diablo— Tengo un sobre para usted… Imagino que conoce bien los protocolos del negocio, me han hablado muy bien de usted. No me falle.

— Hemos empezado mal —dice el Mutante con una sonrisa pícara— Llámame de tú, que no soy tan mayor. Por cierto… ¿Te gustan los hombres?

El Demonio se queda de repente con cara taciturna, pero piensa ¿por qué no? Nada mejor que un igual para dar y tomar y mirándole a la cara le dice…

— ¡Joder! ¡Eso es ser directo! ¡Anda que vas con rodeos! Eres atractivo, de eso no hay duda.

Se acerca a él y le pone una mano sobre el paquete preguntándole…

— ¿Te gusta chuparla?

— ¡Me encanta! —contesta— y si quieres… te dejo que me la chupes tú a mí. ¿Nos desnudamos?

A toda prisa, los dos se desnudan y el Mutante empieza a chuparle la polla al Demonio.

— ¡Oh sí! ¡Tú sí que sabes! —exclama el Demonio. ¿Pero qué os pasa a todos los amigos y amigas del zorrón? ¿es que tenéis en la escuela una asignatura de felación?

El Mutante hace correrse rápidamente al Demonio y se traga todo su semen. Después, tras un leve descanso, el Demonio comienza a chuparle la polla a él.

— Ahora entiendo por qué a los hombres les gusta tanto que les coman la polla —piensa el Mutante— ¡Qué placer! ¡Es espectacular! —y se corre también enseguida.

Agotado, el mutante lame los restos de su propio semen mientras dice…

— Hablemos de negocios.

— Lo dicho —comenta el demonio— Además de chuparla todos igual de bien, ahora me cortas de la misma manera que ella… Vale, hablemos de negocios. Es una cirujana plástica. Ha matado en la sedación a una multimillonaria. El marido paga, toma la información —le dice mientras le entrega un sobre. ¿Nos veremos de nuevo?

— Eso espero —dice el mutante— lo de hoy solo ha sido un aperitivo, además… quiero probar eso que tienes por otro sitio.

Le guiña un ojo y se marcha diciendo…

— Toma esto para que sigas guardando la casa número siete con provisiones para mi y los gatos. Estoy de cuidador.

El demonio coge el fajo de billetes…

— A tus órdenes. Aquí tienes las puertas abiertas y visto lo visto… ¡Algo más!

— Gracias, ¡Ha sido un verdadero placer! ¡Adiós!

La Cirujana Plástica vive en una mansión muy vigilada. Es millonaria y resultará muy arriesgado hacerlo en su casa, por las cámaras. Acaba de cambiar de cuerpo y esta vez, quiere mantenerlo por algún tiempo. La abordará en el trabajo, se hará pasar por un cliente y allí acabará con ella. Lo más sencillo será soltar una “Súper Bacteria” en su despacho. Si muere más gente… pues más espacio vital en la tierra.

— Hay súper población —piensa.

Tiene que ser rápido, no puede estar mucho tiempo allí después de soltar la bacteria, por lo que le preguntará algo que no pueda hacer, y se marchará rápido.

La Mutante tiene una gran colección de virus y bacterias en su domicilio, de varios mundos. Va a utilizar una bacteria depredadora que seque los órganos internos y él se podrá alimentar de ella en la distancia. Podrá tomar su esencia vital poco apoco o de golpe, según le apetezca.

Al día siguiente, llama a la clínica y pide cita con la doctora, le atenderá por la tarde y se la cenará por la noche.

Al llegar a la clínica, estrecha la mano de la cirujana, pasándole al instante la bacteria y le pregunta el precio de un cambio de color de ojos.

— Me gustaría tener el iris azul —dice el mutante.

— Le entiendo —contesta la cirujana— pero ese tipo de operaciones no las hacemos aquí. Hay otra clínica asociada. Le paso el número y llame de nuestra parte.

— Gracias —contesta él— Llamaré. Adiós.

[…] Continúa en… «La Venganza» […] 

Autora: "Lilith" - Adaptación de: 1331Ocho

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