El Principio del Fin
Los demonios llevan ante el Jefe Demoniacal a la “Vecina” del Mutante, creyendo que es ella y empiezan a interrogarla ante el terror de la chica.
— Te crees muy lista y que te puedes reír de nosotros ¿no, guapa? ¿Crees que puedes desconectarte y usarnos cómo y cuándo tú quieras? —le preguntan una y otra vez.
— ¡No sé quiénes sois! —grita ella desesperada— ¿Qué hago yo aquí? ¿Qué he hecho?
— Jefe —¡Esta zorra no va a hablar! ¿Lo intentamos de otra manera? —pregunta uno de los esbirros.
— ¡Adelante! ¡Traed la Máquina infernal! —ordena el Jefe Demoniacal.
La llamada “Máquina Infernal” fue un regalo de los Seres Extraordinarios para poder acceder a portales cuánticos cuando fueran requeridos, pero los Demonios no la usan para eso, si no que invierten la polaridad y la usan para descargar energéticamente a aquellos a los que quieren castigar, interrogar o simplemente para que sufran. Sus efectos son devastadores, anula la energía de los “Seres Inferiores” y los deja totalmente secos. A los “Seres Semi-Superiores” como los “Demonios” o en este caso “La Mutante”, lo único que le hace es absorber su energía, pero no los mata. El cuerpo se degenera hasta que se convierten en un ser lleno de arrugas, que luego podrá volver a ser regenerado con su semen, pero el proceso es tan doloroso que la mayoría de los Seres, en la primera descarga, se rinden y hacen o dicen todo lo que se les ordena.
Introducen a la vecina en la máquina y le dan la primera descarga. El cuerpo de la chica queda totalmente seco en el acto ante la mirada atónita de los Demonios que no saben qué ha podido suceder. Uno de ellos se dirige al Jefe Demoniacal y le dice…
— Señor… La Mutante ha muerto. Está completamente seca.
— ¡Eso es imposible! —grita él— ¿Qué carga habéis puesto?
— La Mínima, señor —contesta.
— Ahora sí que tenemos un problema —dice el Jefe Demoniacal. ¿Cómo le explicamos a los Seres Extraordinarios que hemos matado a su “Mutante”?
En ese preciso momento, aparece la Chamana Pelirroja ante el asombro de todos los allí presentes.
— ¡Hola guapos! —saluda— Me ha pasado algo muy extraño hoy. Se me ha metido alguien o algo en mi cerebro diciendo que era yo. ¿Tenéis algo que ver vosotros con todo esto? ¿Dónde está el grandullón? ¿A qué huele? ¿Estáis haciendo una parrilla y no me habéis invitado?
— ¿Quién coño es el ser que está seco en la Máquina Infernal? —pregunta el Jefe demonialcal— Y tú… ¿Qué coño haces aquí? ¿Por qué cerraste tu tercer ojo?
— ¿Yo? —pregunta la Chamana— ¡A mí nadie me ha avisado! He venido a pediros explicaciones de lo que me ha pasado esta mañana —vuelve a decir.
Todo es confusión y nadie sabe explicar quién es el ser al que han secado.
— ¡Mientes! —grita el Jefe al mismo tiempo que ordena sus esbirros que detengan a la Chamana y la introduzcan en la Máquina Infernal.
Ella se defiende, pero está débil por la intromisión cerebral que ha sufrido y no tiene fuerzas para resistirse.
— ¡Darle una descarga! —ordena el Jefe.
La Chamana se retuerce de dolor, y de la misma manera que cuando los Seres Extraordinariamente Extraordinarios absorben toda su energía para alimentarse de ella, pierde toda su belleza y sus hermosas carnes, convirtiéndose en un ser arrugado y feo, pero sin morir.
— ¿Ya os habéis quedado a gusto? —pregunta ella— Ahora me vais a tener que dar una ración extra de vuestro semen para que vuelva a mi ser, así que ir sacando vuestras pollas que necesito alimentarme cuanto antes.
Dicho y hecho… Empieza a comer de todas las pollas que se le ponen por delante y casi cuando está otra vez regenerada, cae al suelo, llevándose las manos a la cabeza y retorciéndose otra vez de dolor y gritando…
— ¡Sal de mí, Hijo de Puta! ¡Seas quién seas… sal de mí!
Los Demonios no saben ni qué decir ante la escena de La Mutante, retorciéndoles en el suelo y gritando con voz desgarradora.
— ¡Esto es muy raro, señor! —exclama uno de los demonios.
— ¡Ni que lo digas! —dice otro.
— Hay que averiguar qué coño está pasando —dice el Jefe— ¿Es que se está volviendo todo el mundo loco?
En ese momento, Aparece en el local El Mutante, muy cabreado preguntando por la chica…
— ¿Dónde está la mujer que os habéis llevado esta mañana? —pregunta muy nervioso —Como le haya pasado algo… ¡Os voy a matar a todos!
— Lo que faltaba, otro loco más. Y tú… ¿Quién eres? —pregunta el Jefe Demoniacal.
— Soy La Mutante, cambié de cuerpo porque estaba hasta el coño de que absorbieran mi energía y de ser el juguete de todos. Por cierto —vuelve a decir— ¿Qué me habéis hecho esta mañana y hace un rato? Parecía que tenía a otro ser en mi cerebro… ¿Qué magia Demoníaca es esa?
— ¡Tú no eres la Mutante! —grita el Jefe— ¡Ella es la Mutante! —dice señalando a La Chamana Pelirroja que empieza a volver en sí.
— ¡Claro que lo soy! —exclama— te podría decir hasta el número de granos que tienes en tu asquerosa polla y el sabor de tu semen de las veces que te la he chupado y me he alimentado de ti. ¿Quién es esa puta? —pregunta— Y… ¿Dónde está mi chica?
— Yo soy La Mutante —interpela La Chamana— ¡Tú eres un impostor y, o yo estoy ciega o… eres un hombre! Muy guapo… por cierto.
La Mutante empieza a hablar y maldecir en una legua extraña, que tan solo la Chamana parece comprender y suplica a los Seres Extraordinariamente Extraordinarios que le devuelvan su cuerpo para poder demostrar quién es, cosa que le es concedida ante la mirada de todos.
Mientras tanto, La Chamana la mira fijamente sin comprender nada de lo que está viendo. Ella es La Mutante, La Chamana Pelirroja, la enviada de los Seres Extraordinariamente Extraordinarios, su protegida y ahora resulta que hay otro ser exactamente igual que ella. Incluso con su mismo pelo, su misma voz y ahora mismo… con su misma ropa y haciendo sus mismos gestos. Cree que todo es un conjuro.
— ¿Qué es este engaño, Padres? —pregunta en la misma lengua, dirigiéndose al universo.
— Esto lo vamos a solucionar ahora mismo —Dice el Jefe Demoniacal— ¡Traed “La Polla Suprema”!
— Pero señor… —dice uno de los esbirros— ¡No nos está permitido usar “La Polla Suprema” con otros seres que no seamos nosotros sin el permiso de los Seres Extraordinarios!
La “Polla Suprema”, como ellos la llaman, es un falo descomunal que dejaron los Seres Extraordinarios, al igual que la “Máquina Infernal”, pero en este caso, para recordarles que todo su poder viene de ellos. De ahí es de donde extraen su semen curativo. Es su mayor secreto…
— ¿Estás seguro, Jefe? —pregunta otro.
— Sí, traedlo y que beban las dos de él. La impostora, ¡Morirá al instante!
— Pero señor… ¿Y si ninguna miente? Si beben del “Falo Sagrado” y realmente son lo que dicen que son… Ya no nos necesitarán y podrán generar ellas su propio semen.
— ¡Nos arriesgaremos! —grita— Tengo la sensación de que las dos son unas impostoras, brujas del inframundo que han venido a probarnos. Si beben y tengo razón… Las dos morirán y aparecerá la Mutante real, donde quiera que esté.
Realmente, los demonios nunca fueron tan listos como ellos se creen. Colocan “La Polla Suprema” en medio de la sala y ordenan a las dos hembras que empiecen a masturbarla hasta que extraigan el “Liquido Sagrado” y que se traguen todo, hasta la última gota.
Las dos, se miran y esbozan una pequeña sonrisa, porque a pesar de que no entienden nada de lo que está pasando, las dos saben que no están mintiendo y que son La Mutante, por lo tanto, no morirán y, además, acaban de descubrir el secreto del “Semen Demoniacal” por la torpeza del Jefe de los demonios. Guapo… pero tonto. Empiezan a chupar con ansia el falo y a masturbarlo con las dos manos, hasta que, pasado un rato, el descomunal pene se hincha de tal forma, que empieza a expulsar semen por toda la sala y ellas empiezan a beber de él hasta el hastío…
— ¡No mueren, señor! —grita el mismo demonio que advirtió del error a su jefe.
Las dos mujeres, ahora, además de Mutantes, son “Super-Hembras”. Ya no necesitan varón ni a demonios para sobrevivir. Por encima de su vulva les empieza a crecer un pene totalmente desarrollado y dos pequeños testículos por debajo…
— ¡Alto! —se escucha una voz.
Al instante siguiente, se abre el cielo y aparecen unos seres de luz en medio de la estancia. Todos los Demonios de quedan paralizados, acojonados por todo lo que están viendo, ellos siempre han creído que eran una raza única, los guardianes de todo y que tenían línea directa con los Seres Extraordinarios, pero esto no lo habían visto nunca y encima, ahora han provocado la ira de los Seres Extraordinarios.
— Hola, hijas mías —dice uno de los Seres, dirigiéndose a Las Mutantes.
— ¿Hijas? —dicen las dos al mismo tiempo— ¿Quién es ésta? —vuelven a preguntar a unísono.
— Las dos sois una, cada una es la otra. Sois el mismo ser.
— ¿Tengo una hermana? —vuelven a decir las dos al mismo tiempo— ¿Por qué dices lo mismo que yo, Puta? —una y otra vez hablan lo mismo y al mismo tiempo insultándose.
— No sois hermanas, sois el mismo ser —explica el Extra— Esto no debía haber pasado, pero ha pasado. Tenemos que solucionarlo y la solución no es fácil. Uno de los dos mundos… tiene que desaparecer fusionado en el otro. Cada molécula de un mundo se fusionará con su réplica, creando un nuevo mundo. La cuestión es dirimir qué mundo es el que prevalece y cuál es el que se fusiona.
— Y eso ¿cómo se decide? —pregunta acojonado el Jefe Demoniacal.
— ¿Quién ha dado permiso a este pequeño Ser a dirigirnos la palabra en asuntos de tal trascendencia? —se escucha la voz de uno de los Seres de Luz.
— ¡Perdón! mi amo y señor —vuelve a decir el Jefe Demoniacal— Soy su esclavo, perdón por mi atrevimiento pero, ¿Qué importa quién prevalece o quién se fusiona si los dos van a formar un mundo nuevo?
— Los recuerdos, Demonio… Los recuerdos —dice suspirando el Extra. El mundo que prevalezca, seguirá teniendo sus recuerdos, el que se fusione… los perderá. No puede haber un ser con dos recuerdos diferentes de un mismo hecho. Se volvería loco y no sabría cuál de los dos es su pasado.
— No entiendo, mi señor —responde Él.
— Eso no importa, simplemente es así. Además —prosigue— ahora nos encargaremos de vosotros. Habéis roto el mandato que os dimos. ¡Pagaréis vuestro pecado!
En ese momento, las dos “Super Hembras” entran en trance, una frente al otra, todo es confusión. Dos seres, genéticamente exactos e iguales de diferentes mundos paralelos se han comunicado visual y verbalmente y de repente todo se para, un haz de luz cegador les envuelve ante el asombro de todos los presentes, que no saben que están a punto de presenciar la fusión de dos mundos…
— ¡Rápido, hay que decidir! —dice uno de los Seres Extraordinarios— ¿Quién prevalece y quién se fusiona?
— Prevalecerá aquella que haya seguido siempre los mandamientos de sus amos y se fusionará aquella que los haya infringido alguna vez —Sentencia el Ser Extraordinario de mayor rango.
— Así sea —sentencian el resto.
En ese instante, todo se apaga. Un silencio eterno invade todo, hasta que un punto de luz emerge del vacío y empieza a generar la vida como si de una raíz de una planta se tratara. En unos segundos eternos, la vida vuelve como si no hubiera pasado nada. Todos están en el mismo sitio donde estaban. Bueno… Todos no, los Demonios han desaparecido como castigo a por su falta de respeto y también, la mitad de todos los seres. Un mundo fusionado con otro.
Un mundo ha desaparecido y ya… no volverá jamás. Así escriben la historia las grandes Élites de la Vida y de la Muerte. Mientras unos mueren… el resto sobrevive para seguir sirviendo a “Sus Amos”.
Los recuerdos de uno prevalecieron y los del otro desaparecieron como si nunca hubieran existido, más que en estas palabras escritas que nunca se sabrá si serán leídas para recordar que una vez existió una Mutante que condenó a su mundo y a todos sus habitantes al olvido, por no cumplir con la ley impuesta por unos amos que tan solo la crearon para poder alimentarse de ella. La vida, realmente no tiene importancia en ninguna de las escalas inferiores de la pirámide, las superiores hacen y deshacen creando diferentes realidades para su propia supervivencia. Todo es como un juego de mesa en el que cuando alguien no quiere seguir jugando, tira las fichas y las esparce por el suelo hasta que alguien quiera comenzar una nueva partida.
En el “Nuevo Mundo” todo sigue como si siempre hubiera sido así. Los recuerdos de aquellos que prevalecieron, siguen su curso. Ahora La Chamana Pelirroja y es la única “Mutante” del “Nuevo Mundo”.
La pregunta sería… ¿Cuántos mundos más? Y por lo tanto… ¿Cuántas Mutantes más crearon en realidad esos supuestos Seres Extraordinariamente Extraordinarios?
No tengo esa respuesta ¿Y tú?
Eso sí, todo tiene sus consecuencias, incluso para los Seres Extraordinariamente Extraordinarios. Ahora, La Mutante resultante es mucho más especial de lo que era… Incluso podrá auto engendrarse si lo desea, creando a sus propios vástagos de sí misma. Un ser tan especial que hasta los Seres Extraordinarios la temerán por el resto de los tiempos y de la que ya no podrán aprovecharse. Podrá auto regenerarse con su propio semen. Ahora… ¡Es inmortal de verdad! Un ser supremo de dos sexos. ¡La raza perfecta!
Mientras tanto, en otra dimensión…
— ¡Gárgola! —llama excitada SSMM— ¿Has visto las noticias?
— No Santa… —contesta— ¿Qué ha pasado?
— Dos mundos se han fusionado, lo acaban de decir en la tele ínter planos —dice acalorada— la que se nos viene encima… Y mi hija, preocupada por su restaurante.
— ¿Y por qué te preocupa eso? —pregunta Gárgola.
— ¿Cómo que por qué? —contesta con otra pregunta— ¿Tu eres consciente de la cola que se nos va formar a las puertas de Umbral cuando empiecen a llegar las almas de todos los seres que han sido fusionados?
— ¡Hostias! —exclama Gárgola— No había pensado en eso.
— De verdad, estoy hasta el hueso de la pelvis de esos Seres Extraordinariamente Extraordinarios. Cada vez que tienen un lío con sus dichosos mundos… terminamos nosotros pagando el pato… y a mí… ¿Quién me ayuda a encontrar a mi marido, el Señor de los Innumerables?
Y en las puertas del Umbral…
— Holaaaa, ¿Hay alguien aquí? Mi nombre es Gabriela…
“Esa… ¡Será otra historia!”
Fin Tercera Parte