El Punto de Reunión

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El Punto de Reunión

El punto de reunión del dinero negro, para lavarlo, y del personal para asignar el trabajo, es un Hotel de extra lujo en el centro de la Villa Maldita.
Sus propietarios, unos auténticos depravados, señores demonios sicariales. tienen servicio de prostitución a lo que unen, los servicios básicos de drogas usuales, siempre y cuando te lleves bien con el gerente, un obeso con cara de mala leche, de esas personas que dan miedo…

Los precios son extremadamente altos y no por casualidad, si no más bien porque no quieren tener muchos clientes, solo exclusivos. Su negocio realmente no es la restauración. Todo el local está rodeado de cámaras, incluso dentro de las habitaciones, escondidas tras los espejos…

Entra un cliente habitual en el local, es amigo del gerente y quiere un servicio de masajes…

— Hola, ¿Qué quieres tomar? —pregunta el gerente.

— Una cerveza y un masaje —contesta.

— Son trescientos —le dice el gerente secamente.

— Toma la pasta ¿Qué habitación es?

— La número once, ahora va la masajista. Una hora —le recuerda.

— Gracias. No quiero que nadie me moleste.

El cliente entra en la habitación y cierra la puerta. Dentro hay una chica morena, guapa y con muy buen cuerpo.

— ¿Qué quieres hoy, cariño? —le pregunta la chica.

— ¡Lo de siempre, que me saques brillo a la polla y luego correrme en tu culo! —contesta el cliente soezmente.

— Tus deseos son órdenes para mi —dice la chica— Vamos al baño a que te lave tu “cosita”.

El cliente apesta, lleva la ropa sucia y llena de polvo y tierra.

— ¡Qué asco de tío! —piensa la chica— viene todas las semanas y cada vez más guarro. No puedo más con estos gañanes de campo, qué asfixia…

— ¡Me lave anteayer! —exclama el cliente— Pero bueno, habrá que lavar el “arma” ¡Qué cara eres… so puta! —berrea como si hiciera alguna gracia el muy desgraciado— Lávame rápido, que tengo prisa.

— Claro cariño —le contesta ella tragando saliva por no mandarle a la mierda— ¡Vaya pistola más dura y grande! ¡Qué ganas de chupártela!

Le lava los genitales y comienza a practicarle una felación en el baño. Al poco rato, el cliente le dice que pare y ella aprovecha para ponerle un condón sin que se dé cuenta. Con tanta excitación si le pone dos o tres… tampoco se habría enterado.

— Ponte arrodillada en la cama, con el culo en pompa, ¡que te voy a dar por culo!, bonita… ¡Vamos! —rebuzna.

— ¡Qué ganas tengo! —exclama ella al mismo tiempo que piensa en el asco que le da el tipejo— ¡Hazlo fuerte!

En menos de un minuto, el cliente se corre.

— ¡Qué alivio! —piensa para sus adentros ella— Menos mal que se corre siempre pronto, vaya cliente maldito.

El gañán, se viste todo satisfecho de lo “hombre” que es y sin ni siquiera despedirse, se marcha dejando sola a la prostituta en la habitación. Tras cerrar la puerta, ella se va al baño y vomita…

— Me marcho… Agustito y descargado —dice el cliente al gerente al salir del hotel.

— Me alegro —contesta— Hasta la semana que viene. A mandar.

Una vez que se marcha, el gerente llama a la prostituta y le dce que baje a la recepción.

— Toma, tu parte —le dice dándole su dinero.

— A ese… súbele el precio la próxima vez, que esto no es un servicio de lavandería —se queja la chica— ¿pero has visto cómo olía?

— ¡Te jodes! —contesta el gerente con muy mala leche— que se duche antes. Tú le puedes convencer, siempre quiere estar contigo. No me vengas con quejas, que te saqué de la puta calle, yonki de mierda y ¡lávate los dientes!, que no quiero que te huela mal la boca. Cuando quieras, te marchas, pero avisa primero, que no tenga que buscarte… que ya sabes de qué palo voy —le dice gritando y con ira.

— ¡Oído cocina! —dice ella sarcásticamente— que tengas un buen día. Me quedo esta semana, la que viene… No sé.

— No me molestes más, que estoy con las facturas y me duele la cabeza —refunfuña el gerente mientras pone un cartel de cerrado con una nota y un número de teléfono— Adiós.

A rato hace una llamada…

— ¡Máquina! —saluda a uno de sus secuaces— ¿Cómo estás cabronazo? ¿vienes mañana a relevarme? No puedo con este pueblo, son todos patéticos. ¡Se quiere ir hasta la puta!

— ¿No jodas? —dice el interlocutor— Tranquilo, ya voy yo mañana y hablo con ella, le llevo unos regalitos…

— Tú mismo… Pero no vengas muy temprano que estoy todavía con las facturas. ¡Este mes, nos vamos a limpiar veinte mil!

— ¡Genial! Llegaré a comer.

Al día siguiente se ven los dos demonios…

— ¿Y la putita? —pregunta al llegar.

— Viene a la hora de la siesta —contesta— Entra y baja la persiana. ¿Traes mi paquete?

— ¡Toma cabronazo! —le dice mientras le entrega una bolsa de cocaína de tres kilos.

— La puta se me ha quejado —le explica— Si ves que quiere irse después de usarla, te la cargas y te deshaces de ella por ahí, no vamos a dejar marrones.

— Gracias —le contesta con la mirada fija— Todo un detalle por tu parte dejármela. Lo tendré en cuenta, pero creo que habría que sustituirla antes ¿no?

— ¡Tú mismo! —le dice— Yo me marcho. Toma las llaves y las claves del sistema de seguridad. En tres meses te sustituirán. Yo me voy lejos un tiempo con mis veinte mil limpios. A ver si me superas en facturación —le dice riéndose mientras se lleva la cocaína.

Primero, se dirige a otro local del mismo grupo empresarial demoniacal, conduciendo su deportivo, donde le espera el Jefe Demoniacal.

— Hola Jefe, —saluda al llegar— Ya ha llegado mi relevo. Tengo diez mil para ti. ¿Dónde te lo dejo?

— En la taquilla compartida —le responde— Pero mañana tienes que depositarlo en el banco antes de las 15:00 horas, que cierra el banco. Está todo limpio ¿No? ¿A dónde te vas?

— Tranquilo Jefe, todo está limpito. No hay problema. Me voy a Latinoamérica, a follar, beber y comer durante una semana.

— Bien —le dice el Jefe Demoniacal— pero quiero que te sigas conteniendo, que te conozco y no armes líos, que no nos interesa.

— A ninguno… —le contesta— Si hay alguna urgencia, te dejo un mensaje, pero revisa tus mensajes que la última vez tardaste más de veinte horas en responder y pensé que habías cambiado de cuerpo. En fin… yo descanso una semana, sin líos.

[…] Continúa en… «Vacaciones en Latinomérica» […] 

Autora: "Lilith" - Adaptación de: 1331Ocho

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