El Umbral-II
— ¡Gárgola! Vigila que voy a hacer una videoconferencia.
— Vale, Santa. No te preocupes.
Llamando a Cosmos…
— Buenos días Santa, ¿En qué puedo ayudarte?
— Mi marido… ¿dónde está?, ¿puedo verle? —pregunta angustiada.
— Sra. —contesta respetuosamente Cosmos— Su marido, “El Sr. De los Innumerables”, tras la última misión volvió con estrés postraumático. La misión consistía en salvar el planeta Tierra y ahora quiere a toda costa eliminarlo, de cualquier manera…
— Me debéis muchos favores —corta SMSM— Quiero verlo o por lo menos, hablar con él.
— Su Majestad, todo el infortunio del portal lo provoca usted y lo sabemos. No nos importa, su puesto de trabajo no lo quiere ningún ser. Vamos a contactar con el Sr. de los Innumerables. La última vez que lo vimos estaba hablando con un chamán milenario… la informaremos de cualquier cosa, no se preocupe usted.
En la música de ambiente, suena “El Queco”
“Llevo por mis venas, un caballo galopando”
Llamando a Jefa de Gremio de Locales Infernales…
— ¡Mamá…! Me pillas en medio de una orgía.
— Es importante —dice SMSM— ¡Despáchalos y llámame cuanto antes!
Llamando a SMSM…
— ¡Hija, menos mal que me has llamado! —Exclama SMSM— ¿es que no sabes hacer otra cosa? Desde luego, cada vez que intento hablar contigo, estás follando. Por lo menos espero que te hayas quedado satisfecha. Bueno… a lo que iba, que ya sé dónde está tu padre, flotando por el cosmos. No contactes con él, te lo pido por favor. ¡Otra cosa!, los panaderos (Limpiadores) no son suficientes para purificar el local. Tiene que parir allí algún ser. Lo más fácil sería una gata.
— Me dejas de piedra mamá —dice la Jefa del Gremio— Te haré caso antes de que suene Azúcar Moreno.
Suena Azúcar Moreno
“Te estoy amando locamente…”
— Santa, ¿y esa cara? —Pregunta Gárgola.
— No, pero lo preguntaré en el grupo común infernal.
La Jefa del Gremio vuelve a llamar por videoconferencia a SMSM.
— Dime Hija.
— Mamá, se me olvidaba… ¡Me van a despedir! —Dice sollozando.
— No, ¿qué has hecho? —pregunta SMSM.
— Yo nada —responde— solo dar libertad a los invitados e invitadas en el Local y los muy desgraciados han comido carne humana y ahora están todos muertos. ¡No sé qué hacer!
— No te preocupes —la intenta tranquilizar SMSM— Me deben unos favores unos “Sicarios Limpiadores”. Fingiremos una reapertura con dulces, por ejemplo y lo dejarán todo impoluto. Pero habrá que purificar después.
— Gracias mamá, me voy a ocupar de los menús yo personalmente. No puedo prohibir la carne humana, pero no la incluiré en los menús, por si acaso.
— Tú tranquila, que en unos días ya no habrá ni rastro de nada —sentencia SMSM.
— Te quiero mamá, no sé qué haría yo sin ti.
— Me debes una, hija —le recuerda la madre— No mezclemos los negocios con la familia, que eso es algo que siempre trae problemas. Tú intenta relajarte un poco que te noto muy nerviosa últimamente, Adiós.
— Sí mamá, me voy a relajar otro ratito, Adiós, te quiero.
— ¡Chicos!, ¡Chicas! ¿Seguís ahí…? Necesito más relajación. Valla… Tendré que seguir yo solita…
[…] Continúa en… «El Umbral-III» […]