El Umbral-IV
(Conversaciones entre Bruce Lee, Gorbachov, Michael Jackson y Lola Flores en el Umbral)
— Opino lo mismo, amigo Bruce —dice Michael Jackson.
— Estoy feliz, pero hasta que no se solucione lo de mi asesinato… no podré cruzar el “Umbral” —dice apesadumbrado Lee.
— Creo… —dice Jackson con voz temblorosa— creo que tú y yo somos “Almas Gemelas”.
— ¡A lo que estamos! —suena una voz enfadada— ¡Atender!, que no siempre se tiene la oportunidad de aprender con “La Mejor”.
Miran los dos asustados y se dan cuenta de que la esa voz es la de Gorbachov y sonríen…
— Perdóneme Lola, no puedo más. Estoy completamente agotado —dice entre sollozos Gorbachov.
— Mijo… ¡en la vida he visto tanto empeño! —exclama Lola— Vamo que lo siento… Hay más días que longanizas. Estamos muertos y no seas tan absoluto, todos debemos ser felices, por los demás lo digo, claro. Si les gusta el perreo, la electrónica o el Javi ese… pues solicitamos una sala privada a Santa. Aquí se pué tó…
— Lola, con todos mis respetos hacia usted… ¿Qué es el Javi? —pregunta Gorbachov—, no conozco esa música.
— ¿Y no habrá querido decir “Heavy Metal” —vuelve a preguntar.
— ¡Dejémoslo!
— Yo, si ustedes quieren… les puedo enseñar artes marciales —corta Lee— La gente, en líneas generales, está muy equivocada, quiere dar patadas y puñetazos letales y lo primero de todas las artes marciales es el “Espíritu”, el “Control del cuerpo” mediante la transcendencia con el “Todo…”. La gente se ríe cuando digo “Sé agua, mi amigo”, pero si no entienden esto, nunca entenderán el Arte de la Lucha…
— ¡Opino y comparto tu esencia!, Amigo Bruce —sentencia Michael Jackson.
— A mí, eso de dar “patás”, no me gusta —dice Lola—, pero no me importaría aprender el baile ese del moreno clarito del Jackson… Por evolucionar, lo digo.
— ¡Y yo! —le secunda Lee.
— A mí me da igual —dice Gorbachov.
— ¡Decidme, almas cándidas! —interviene SMSM— Sois respetuosos, habláis con educación y no me armáis líos.
— No quiero que se maten niños, ni mujeres por sexo, ni que se practique sexo con cadáveres y que se los coman… —sigue hablando Michael— ¡Quiero “Zombis” que los defiendan!
— Veré qué puedo hacer… —contesta SMSM— ¡Os he cogido tanto cariño!, no sé…
“Porque quiero y porque puedo… ¡que los zombis venguen la petición de Michael Jackson, con sus propios cuerpos mutilados, en un ciclo eterno, hasta que se solucione el problema creado!”
— Voy a montar un buen “pollo” en el universo pero… ¡Y a quién le importa! —piensa SMSM.
— ¿Lo vemos aquí, en la caja tonta? —pregunta Gárgola—, ¡Estas cosas me encantan, Santa!
— Bruce, hijo…, lo tuyo es más complicado, pero se hará. Tengo que hablar con un amigo demonio que abre las tierras de la “nada”. También abrirá los corazones para que no se maten entre ellos, que solo tengan una especie de “coma”, como un infarto. Pero se hará…
Llamada por videoconferencia de Cosmos a SMSM
— Dime hijo —contesta SMSM.
— ¡Ha autorizado usted, de forma expresa y sin informarnos de antemano e incumpliendo el protocolo, FENÓMENOS PARANORMALES! —dice enfadado Cosmos.
— ¡No podemos con usted!, bajará el destino en línea recta del Umbral. Ya sabe usted que será sancionada por no avisar del hecho. Es simplemente una sanción administrativa, la alabamos el gusto pero no puede hacer estas cosas.
— Igual hay un vacío legal… —se excusa Cosmos.
[…] Continúa en… «El Umbral V» […]