La Inmobiliaria – La Bruja Wiccana

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La Inmobiliaria

Llamada de la “Inmobiliaria” a “La Mutante”…

— Buenos días, ¿puede usted venir a ver la Buhardilla esta tarde sobre las 18:00 h.? —pregunta el vendedor.

— Sí, allí estaré, ¿en calle Puerto Rico nº 87? —pregunta La Mutante.

— Sí, correcto —contesta el vendedor— Salón, cocina y habitación con baño. Hay un pequeño trastero para los víveres.

— Allí estaré.

Las características de la buhardilla son similares a la anterior vivienda, un poco más grande por la anchura y ampliación del edificio. Todo sobre ruedas para La Mutante. Se muda a la otra punta de la ciudad. Coge su vehículo y se dirige el banco y saca 100.000 € en efectivo para pagar la casa, las escrituras y para pagar al Regente Sicario abre tierras. El dinero se encuentra en una caja de seguridad y a las 18:00 h. en punto, La Mutante está visitando la buhardilla.

— ¡Me la quedo! —exclama— Si pago en efectivo… ¿hay algún descuento?

— Sí, el 1% del total —responde el vendedor.

— Vamos al notario, tengo cita a las 19:00 h. —comenta ella.

— Pondré el coste de la casa en efectivo, el resto con la entrega de llaves ¿Sí? —pregunta el vendedor mientras se frota las manos.

— Correcto —sentencia La Mutante.

Tras la visita a la notaría y la entrega de llaves y el resto de efectivo, La Mutante tiene casa de nuevo. Sitio anónimo y con tranquilidad… Su anterior casa, la deja en manos del vendedor para su venta. La avisará si hay algún comprador y su comisión. Todo perfecto. Después, vuelve a la habitación del Aparta-Hotel, mima a sus gatos y se masturba mientras llama a la recepción…

— ¿Puedes venir? —pregunta por teléfono— Estoy llena…

— ¡Ahora mismo voy, qué gustazo! —responde el Regente y se dirige a la “Casa nº 7”. Una vez dentro, se dirige directamente a la boca de La Mutante… ella le sopla dentro de su boca… despacio, sin pausa…

— ¿Follamos? —pregunta excitado el Regente.

— ¡Claro que sí! —exclama ella— Toma tu parte, eres mi Demonio Preferido.

Un acto corto, pero intenso en medio del suelo de la habitación y el semen esparcido en su cara…

— Mañana me marcho, guárdame la “Casa nº 7” como siempre —dice La Mutante— a no ser que tengas alguna urgencia o compromiso. Pero avísame, ¿de acuerdo?

— Te echaré de menos, folladora —dice exhausto el Regente— espero que vengas pronto a por más encaros. Voy a contratar a unas brujas para el servicio de limpieza porque se quedan aquí los “Espíritus” y me rompen el mobiliario y eso es un fastidio, les gusta morirse…

La Bruja Wiccana

Es Santera, bruja, limpiadora de casas y auras y… es virgen.

Afroamericana, 1,70 mts., delgada, esbelta y guapa. Según la vio el Sicario, quiso poseerla pero el Regente se controló, olió la virginidad.

— Buenos días, ¿podría limpiar la “Casa nº 5 y la “Casa nº 7? —preguntó el regente educadamente.

— Sí claro, —contestó Wiccana— Son 3.000 € por las dos casas.

— Bien, tome ahora 1.500 € y el resto tras la limpieza.

— Hay demasiada energía, dormiré en una de las viviendas —siguió ella.

— Use la “Casa nº 5”, por favor.

— Acabo muy agotada.

— ¿Puedo ofrecerle té o café?

— Café con leche, Fría por favor.

— Voy a hacer café, disculpe esta es su casa.

— Voy primero a la “Casa nº7” y luego vuelvo a tomar ese café.

— De acuerdo.

La Wiccana se dirige a la “Casa nº 7” y prende romero por la estancia…

— No noto nada maligno aquí —piensa— Sale de la vivienda y se dirige a la recepción donde encuentra un café con leche y semen de demonio esperándola, frío como ella pidió.

— Gracias por el café —dice sonriendo— esta riquísimo. La “Casa nº7” estaba limpia, voy ahora a la “Casa nº 5”.

— Bien —dice el Regente.

La Wiccana huele algo putrefacto antes de entrar a la “Casa nº5”, saca el romero y lo quema. Dentro, empieza a pronunciar una lengua extraña, enciende tres velas y se apagan. Las vuelve a encender y se vuelven a apagar, así durante horas…

Tres horas y media después, vuelve a la recepción agotada.

— La “Casa nº 5”, ahora está limpia —dice cansada— me ha costado mucho.

— Tómate otro café y coge el resto de tu dinero —dice el Regente.

— Muchas gracias —contesta la Wiccana— Había dos niños y su madre muerta, los envié con su asesino. El marido encargó las muertes, que cargue con ellas…

— ¡Perfecto! —exclama el Regente.

— Duermo en la “Casa nº 5”, mañana me marcho temprano.

— Te esperaré con un cafetito —dice sonriendo el Regente.

— Eres un encanto —dice ella mientras piensa en la atracción sexual que siente por él.

— Para lo que necesite, llame al “01”, es el número de recepción.

— Muy bien, gracias —dice despidiéndose La Wiccana.

La “Casa nº 5” estaba limpia y recogida. Las cosas de los difuntos, en un trastero y las golosinas en la basura. El Regente echó vinagre encima, que lo detesta, pero es para anular el veneno de la Cicuta Infernal… La mujer difunta, huía con sus hijos de su marido multimillonario. La dijo que si le abandonaba, estaba muerta. La avisó. Así es la gente egoísta y ególatra, se queda sin su familia entera y después de recibir la foto polaroid de confirmación, se come unas gambas, ¡flipante!. Con razón los humanos son una plaga… Bueno, no todos, pero los radicales hacen más ruido…

— Y ahora… —piensa el Marido Asesino— A avisar a la policía y a la prensa. ¿Dónde están mi mujer y mis hijos? ¡Estoy sufriendo mucho…! — ¡Eso haré!

De repente, se cae la foto de boda con el marco de plata…

[…] Continúa en… «El Hambre de la Mutante» […] 

Autora: "Lilith" - Adaptación de: 1331Ocho

Imágenes:

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