Las Citas – Parte 1
Por la mañana temprano, observa la App de Tinder. Hay varias mujeres que quieren “Tema” con él y todavía no ha probado la penetración con una mujer. Tiene dos tareas pendientes. Una, poner un pendrive grabador en el banco donde alternan los violadores, bueno… donde alternan todos menos aquel que desde hace unos días se marchó sin que nadie haya vuelto a saber nada de él, claro. Y la segunda, follar…
Elige una quedada con una pelirroja que le ha llamado la atención por su mensaje:
“Quiero sexo rápido y en un lugar público, sin ningún tipo de relación”
Tomarán un café, como excusa.
El Mutante se dirige al establecimiento donde ha quedado con la pelirroja y cuando llega, ella ya está allí. Es guapa y con buenas curvas y al verla se siente muy excitado.
— Menos mal que me he puesto pantalones anchos —piensa.
— Hola —saluda.
— Hola guapo —responde la pelirroja.
— Yo voy a tomar un café con leche, ¿Quieres otro tú, u otra cosa? —pregunta.
— Sí, me gusta con leche —le dice con una sonrisa lasciva.
— Muy bien, pues te lo pido ahora mismo —contesta él sonriendo.
El mutante entra dentro del bar y pide dos cafés con leche para la terraza.
— ¿Qué es lo que más te gusta del sexo? —pregunta ella según se sienta.
— ¿Tienes nombre? —pregunta él— ¿no vas demasiado rápido?
— Sí lo tengo, pero eso no es importante ahora —contesta ella— no he venido a conocerte, solo a follar. Si no es problema para ti, claro. Te he hecho una pregunta y me gusta que me contesten a lo que pregunto.
— Vale, vale… Pues contestándote, me gusta todo.
— Eso no es una contestación. He preguntado qué es lo que más te gusta.
— Me gusta el sexo oral y la penetración —dice él.
— Eres mono, pero qué sosito… ¡Eso le gusta a todo el mundo! —exclama ella riéndose— A mí me gusta “algo rápido y muy intenso”, sin esas tonterías de palabrerías. ¡Solo acción a tope!
— Me parece bien —dice él— ¿Dónde quieres que lo hagamos?
— De momento, voy a beberme tranquilamente el café, luego pasaré al baño de hombres y te espero allí ¿vale?
— Vale —contesta el Mutante.
Como mujer, el Mutante era muy echado hacia delante, pero como hombre… está descubriendo quién manda de verdad y eso… le excita mucho y tras un rato sin más conversación, solo miradas, la pelirroja se termina su café y se levanta en dirección al baño. Un rato después, él se dirige también allí y al entrar dice…
— Guapa… ¿Dónde estás?
— En el último baño —se escucha la voz de la pelirroja.
Se dirige al último baño y al abrir la puerta, se encuentra a la mujer completamente desnuda. Cierra la puerta de golpe, le baja los pantalones y empieza a chuparle la polla.
— ¡Para un poco! —dice él— que me voy a correr como sigas así y yo quiero también follarte.
La pelirroja no le hace ni caso y sigue comiéndole el miembro con ansia. Casi a punto de correrse, lo saca de su boca, se abre de piernas y le dice…
— Ahora… ¡Fóllame lo más fuerte y rápido que puedas!
Sin mediar palabra, él introduce su pene dentro de la húmeda vagina de ella y empieza a follarla como si no hubiera una mañana y claro… al poco rato, se corre.
— ¡Pues ya está! —dice ella satisfecha. Tienes una buena polla, quizás quede contigo otro día. ¿Qué tal en el confesionario de una iglesia?
Se limpia con unos clínex, se viste y sin mediar palabra, se va.
A los pocos minutos, el Mutante, todavía aturdido por lo vivido, sale de los baños, paga los cafés y se marcha al parque donde paran los violadores. Coloca el Pendrive grabador en un lugar seguro, lo recogerá mañana.
Ahora ya sabe lo que se siente al penetrar a una mujer. Está pensando cómo contactar con la vecina. Ella es muy distante y eso le gusta, que se resista.
[…] Continúa en… «Las Citas – Parte 2» […]