Los Cazadores Malditos
Los cazadores ya no tienen prácticamente caza. Por su culpa se extinguió el lobo y el lince. Ya no existe caza chica, no hay especímenes, los jabalíes están amaestrados con alimento diario en granjas como cerdos.
En temporada de caza, se suprime el alimento y se ceban con ellos a tiros…
— ¡He matado tantos! —dice uno.
— ¡Yo he matado más! —grita otro.
— ¡Yo tengo el récord! —dice un tercero.
A este ritmo, pronto erradicarán hasta los pocos animales amansados que quedan y algunos… Buscan otras presas… Chicas guapas y confiadas, a las que puedan drogar y usar como les dé la gana.
Al tener perros de caza, que frecuentemente, según ellos, tienen lesiones, los veterinarios les suministran medicamentos, en muchas ocasiones para perros que llevan años muertos, pero eso nadie lo investiga… Ellos los utilizan para otros temas, no para los perros. Si un perro se lastima, o lo cuelgan o le pegan un tiro.
A las nuevas presas, las tratan de otra manera. El cebo, las buenas palabras, coches de lujo y ropa cara… Hasta que se confían y las drogan. ¡Vaya festines con las nuevas presas! ¡Qué carne más tierna!
— Buenas noches —dice uno con voz chulesca— Estáis muy guapas, ¿queréis tomar algo? Tengo de casi todo, menos vergüenza —remata riéndose.
— Mira qué gracioso… —responde la chica molesta.
Al fondo, varios cazadores más, hay una apuesta. ¿Quién será el primero en hacerse con un buen cuerpo…? Todos llevan drogas de sedación, de esas que desaparecen pronto. Si sale viva, no habrá pruebas.
— ¿Y si hay problemas? —pregunta un cazador a sus compinches.
— ¡Ya estamos! —exclama otro— ¡Siempre tiene que tocar alguien los huevos! Pues… hablamos con el “Cuerpo”. Ellos conocen abogados, jueces.
es quitan las multas de alcoholemia y drogas a cambio de que dejen pasar ciertas cosas, tranquilo…
— La mayoría de las chicas acaban en el psiquiátrico —dice otro sarcásticamente— Ya se conocen a casi todos los médicos de urgencias.
— ¡Somos impunes! —grita el primero— ¿Cómo va la apuesta? —pregunta.
— Todo controlado y después… ¡a follar!
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