Los Elfos
La tierra comunica con muchos Portales Dimensionales al mundo de los Elfos, los seres más graciosos y avaros del universo, los cuales son grandes entusiastas del sexo.
— ¡Cómo está esa hembra…! —grita el Elfo3.
En un dispositivo televisivo, regalo de otro planeta, suena la canción “Destination”, música electrónica y la cantante es una mujer semidesnuda, tocando una trompeta.
— ¡Vamos a hacernos unas pajas y cuando llenemos el botecillo, llamamos a la amiga “Demonio” para que nos dé oro por él! — desparrama el Elfo7.
— ¿Cuántas hembras habrá en esta caja? —pregunta el Elfo5— ¡Pero si es muy fina!
Sin saber por qué, la casa del Elfo Principal se llena de oro, después las demás casas y al final todo el poblado. Los avaros Elfos se preguntan quién puede haber sido el culpable de tal hechizo dorado, pero ante todo que hay que guardarlo por si se lo roban.
— ¿Quién habrá sido? —se preguntan— Si nadie ha venido a pedirnos nada.
— ¡Hay que esconderlo! —gritan.
— ¿Dónde? —pregunta Elfo2— pesa mucho, lo mejor es cerrar los portales y si alguien quiere algo, que sea por viaje astral.
— ¡Jefe!, mañana no vamos a la mina —dice Elfo7— estamos enterrados en oro, ¿Nos deja beber néctar?
— Si bebéis néctar decís y hacéis muchas tonterías —contesta el Jefe Elfo— y entonces… ¿quién vigila el oro?
Al final, todos reunidos deciden hacer una fiesta, beber néctar y cerrar los portales.
— ¡Abrirme, por favor!, estoy sangrando.
— ¡Demonio Hijo de Puta, no te abrimos! ¡Nos matas las flores y las plantas! —le increpa Elfo 7.
— Tengo Oro… del bueno, por favor… —suplica el demonio.
— ¡Jefe!, hay un demonio sangrando en un portal, dice que tiene oro del bueno —exclama Elfo 7.
— Iré yo, si alguien tenía que vigilar, menos mal que no bebí —resopla el Jefe Élfico— Estos cabrones nos matan todas la flores si no los ayudas.
— Hoy me he hecho quince pajas — dice Elfo2.
— ¡Qué cabrón, yo solo cinco! —replica Elfo7.
— Jodeté, yo soy el “Macho Alfa” —replica Elfo2— ¿por qué te crees que viene siempre a hablar conmigo la “Amiga Demonio”? Sois unos putos cabronazos y sabéis que os quiero y que estamos forrados de oro, pero literal, la madre que lo parió a todo, es el mejor día y ¡qué hembra!, la de la trompeta.
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