El Hotel Infernal
En la Villa Maldita, en el centro, hay un Hotel Rural Infernal… El regente es un malvado y avaro Druida que hace pócimas para sus secuaces Demonios. Realmente, los quiere debilitar, no curar… Echa su semen en la máquina del hielo de su Cafetería - Bar, para que los humanos o los demonios tomen su ser y así poder poseerlos cuando él quiera. Lleva varios locales, todos infernales, secuestra a niños y niñas para chantajear al personal con su vida…
Hace algún tiempo, secuestró a la hija del cocinero, le paga poco y le tiene como esclavo. Lo hace todo en el hotel, mano de obra barata… Los camareros le duran poco, paga mal y tarde y trabajan demasiadas horas. Anteriormente, tuvo de camarera a una prostituta que con el tiempo se puso un poco gorda y dejó de maquillarse, estaba amargada de estar allí y él ya no quería tener sexo con ella, así que la despidió.
Algunas parejas, van al hotel los fines de semana llamados por las ofertas de comida y cama, pero nunca vuelven a sus casas…
Aparentemente, el druida es muy amable, educado y servicial, parece que muestra debilidad física… afabilidad, va de víctima, pero siempre intenta robar a todos los clientes y se queja de la poca ganancia que tiene y del buen servicio que da…
La Madame
A pocos kilómetros de la Villa Maldita, hay un local apartado con luces de neón. La regente, una pequeña mujer delgada y atractiva, entrada en los cuarenta, hábil e inteligente como un lince que ha de tener cuidado, en la tierra de cazadores…
Un grupo de chicas está a su cargo. Su objetivo, dar placer a cambio de un precio pactado. “La Madame” está cabreada, están engordando y se queja el personal…
— ¡Cuidado con la comida que tomáis! —grita enfurecida— Coméis mucha comida basura y ya os hablé de los carbohidratos, ¡No puedo estar así todos los días!
— Trabajamos muchas horas —dice una de las chicas— Apenas tenemos tiempo para comer a gusto algunos días.
— Estoy pensando poner unas máquinas, para correr entre clientes —dice en tono amenazador.
— ¡Eso sería agotador! —exclama una de las chicas.
— ¡Lo mismo opino! —dice otra.
— ¡Y yo! —dice otra.
— Pues, pediré presupuesto y abriremos la cocina de atrás, para que tengáis una dieta saludable. Eso sí, ¡tendréis que pagar la comida! —dice con tono despectivo.
— ¡Más pago, igual trabajo! —comentan las chicas quejándose.
— Está bajando la clientela —prosigue la Madame— No me gusta oír comentarios de los clientes de que os estáis poniendo obesas. Se van a otros sitios y no comemos. Esta noche, a las 21:00… ¡Todas impecables en el bar!
— De acuerdo, ¡qué remedios!, Vaya papeleta, otro puto día —dicen entre todas.
Parece paradójico, que las personas que supuestamente dan placer… sufran tanto. A las 21:00, según ordenó la Madame, todas estaban arregladas en el bar. Comienzan a entrar clientes. La más solicitada, la más delgada. Es asiática y muy guapa.
En un momento dado, entra un cliente y una de las chicas comienza a temblar y se dirige a la Madame…
— ¡El monstruo está aquí! ¡Échalo, por favor! —suplica aterrorizada.
— No puedo, esto es un negocio. No le hagáis caso ninguna. El vacío es lo mejor.
La chica asiática no hace caso y se va con él a una habitación. A la media hora, sale solo el cliente, paga a la Madame dos veces diciendo que es para que la chica descanse un trato, que se ha portado muy bien y se marcha pero al irse, la Madame vuelve a la habitación mosqueada y sale gritando:
— ¡Que se nos muere la nena! —grita la Madame.
Llegan varias chicas asustadas y llorando…
— ¡Te lo dijimos! ¡No des cita a esa mala bestia! —le increpan.
— Llorar y discutir, no vale ahora. ¿Quién sabe hacer eso de reanimar? —pregunta.
— Yo te sustituyo —dice una de las chicas— ¡Lo haré con fuerza!
La Madame se dirige con prisa a sus aposentos. Abre nerviosa una caja fuerte, llena de dinero. Al fondo hay varias jeringuillas de epinefrina, coge una y se dirige a la habitación de la chica muerta, le arranca el top con fuerza y clava la aguja en el corazón. La chica se incorpora, con casa de susto y angustia y se echa a llorar desconsoladamente.
La Madame dice a las chicas:
— ¡Esto no volverá pasar nunca más, volved al trabajo y que nadie se vaya de la lengua…! —y se queda, a puerta cerrada, junto a su mejor hembra.
La Mandrágora
En el Planeta Tierra, el ser humano, no solo destruye lo que le rodea, si no que él mismo se auto aniquila. Hay millones de suicidios por todo el planeta. Por regla general, esto se tapa en las vías mediáticas.
Existe un tipo de suicidio, muy en particular, el ahorcamiento… Siempre y cuando, este ahorcamiento, normalmente voluntario, es masculino, hace que surjan diversos sucesos mágicos…
En primer lugar, el hombre, interrumpe de forma drástica, su oxígeno para siempre. Tras este hecho dramático, aparecen una serie de convulsiones físicas, que terminan en un orgasmo, su último orgasmo… Este orgasmo lleva acompañado, la liberación de líquido seminal, el esperma… Cuando este esperma cae al suelo, aparece de la nada, una planta diferente a todas, llena de magia, la mandrágora…
Esta planta permanece siempre escondida, en el subsuelo, es una raíz. Esta raíz mágica, es absolutamente la planta más apreciada por diversos “Entes” de los diferentes mundos, excepto por los “Seres Extraordinarios”. Los humanos “Iluminados”, la usan para practicar, no la brujería, si no “La Magia Extrema”, tanto negra, como blanca…
El Cementerio de la Villa Maldita
Alguien se acerca al cementerio destartalado de Villa Maldita. Se agacha y se arrodilla frente a la puerta de acero donde está tallado “Alfa y Omega”. Se incorpora y entra, acercándose a un nicho de cremación. Da un beso y se dirige al final del cementerio. Es una parte nueva, árida y fría…
En uno de los nichos, la chica saca del bolso una cerveza y la posa, llora desconsoladamente.
— ¡Fue mi culpa! ¿Por qué me defendiste? ¡Te echo de menos!
Pone música, bebe otra cerveza, visita varios nichos y se marcha, dejando en la entrada un poco de romero.
— ¿Y esta tipa? —comenta un “Alma”.
— Ha pedido permiso —le contesta otra— Si no quieres que entre nadie… cierra la puerta de golpe.
— ¡Asco de Vida y asco de muerte! —vuelve a refunfuñar— ¡Estoy harta de llorones y lloronas!
— ¡Pues vete! —le dicen otras almas— Hay magia negra por toda la Villa. Más de lo tuyo, vete a disfrutar.
— ¡Hablo Blas y punto final! —responde con sorna.
— Ni la habléis —interviene otra que pasaba por allí— Esto es insoportable, le molesta todo. ¿Habéis oído que hay un aparato que se llama “Cromatógrafo de Gases”, “Espectómetro de Masas” o al revés, que se usa para reconocer los venenos en los cuerpos?
— No nos hacen a veces ni siquiera la autopsia… como para usar esos “aparatejos” tan raros ¿Quién nos ayudará?
Hay un absoluto silencio, unánime, de todas las Almas en Pena, incluso, se ha quedado sin palabras, el alma más perversa…
— ¿Quién te ha dado la información, alma en pena? —dice otra Alama— queremos recompensarla.
— Nadie —dice el Alma— Al liberarnos la Santa Muerte, yo estuve dando vueltas… divisé la muerte de una gata y seguí a su cadáver, con ese aparato. Parece una lavadora pequeña.
El Juez de Paz de la Villa Maldita
El Juez de Paz de la Villa Maldita, a los ojos de todos, es una persona honrada y digna de respeto… Su trabajo consiste en mediar con los juzgados y ahorrar trámites jurídicos. Con su sola palabra, da fe…
En muchas ocasiones, este juez recibe sobres cerrados, da las gracias y esboza una sonrisa… Está muy bien relacionado con la comandancia, el ayuntamiento y con todas las personas de la villa, es casi plenipotenciario…
Dentro de sus labores como mediador, en los palacios de justicia, están los levantamientos de cadáveres… Él llega a los domicilios, observa para emitir un informe de las características del difunto o difunta e informa. Prácticamente, todas las muertes, son naturales. Él mismo, se pone en contacto con las compañías de seguros de las sepulturas y tiene copia del lugar donde descansan los difuntos, el tanatorio. Él abre la misma puerta, para que descanse el cadáver…
Casi siempre, llama o informa al sacristán y éste le entrega un sobre, y guarda el cadáver, a puerta cerrada…
¿A quién le importa lo que haga el sacristán con el difunto o difunta?
— Hay que tener al personal contento —piensa el Juez de Paz, tocando el sobre dentro de su bolsillo interior.
Se dirige al bar. Es uno de los mejores clientes de todos los bares de la villa… y solvente… Toma café cabreado con coñac y un chupito. Bebe de forma habitual y a diario.
— Ponle un chupito al Juez de Paz —dice un cliente.
— No, no lo pongas… Bueno, sí ponlo.
El Juez de Paz, también conoce las aseguradoras, para solucionar los seguros de deceso y también a médicos y ATS. Es el colmo de los contactos… Más sobres para el Juez de Paz…
Tras el “Protocolo Católico”, habla con los familiares para arreglar lo de la prima, hay mucha gente que chupa… La alcaldesa, la bióloga… Todos contentos, qué bien lo gestiona todo. Al medio día, tras el sepelio, unos vinos antes de comer y tras la comida, otro café cabreado con unos chupitos.
Si es fin de semana, o incluso a diario por las tardes, alterna con whisky. También bebe en casa…
¡Qué colección de sobres vacíos tiene en la habitación! Está enganchado a las apuestas on-line… Pronto se encontrará con las personas que llevó al cementerio para enriquecerse. ¡Qué ganas le tienen!
Los Venenos de la Villa Maldita
Muchas personas, en la Villa Maldita, compran y fabrican venenos, como si tal cosa…
No tienen laboratorio, pero sí agua, que calientan con Cicuta. No iba a ganar dinero por esto, solo la Bióloga. Hay alguien, que vive fuera y viene a menudo y ha pedido a un amigo empresario que le venda “Esternina”.
En toda la población, quizá solo haya una persona que no trate con venenos… Trata con algo mejor, con bacterias. Es un hombre muy obtuso, pero peligroso. La bióloga intentó liquidarlo hace tiempo, y él fabricó una “Señora Bacteria”, exclusiva para ella, que comiera pan integral y la dejó en el pomo de su puerta.
Desde entonces, la bióloga se está secando por dentro. Cada vez le funcionan peor los órganos internos… ¡Cuánto dolor y desconcierto!
La Villa Fantasma
El futuro de la Villa Maldita,
muerte, sangre y destrucción,
será, una villa fantasma,
una gran colección de muertos,
desde el cementerio, los llaman…
Los cazadores, serán presas…
Los asesinos, carne muerta…
Y los corruptos, desfilarán juntos,
hacia el cementerio, sin paz eterna…
Las mariposas realizarán su
último vuelo, hacia la nada,
tranquilas y con calma…
Los envenenadores serán envenenados.
Los encubridores y cooperadores, sufrirán los mil males…
Los que callan y no ayudan, sufrirán la miseria en sus carnes…
Muy poca gente se salvará, y los que queden, querrán marcharse a otro lugar,
otra cosa es que puedan…
Ese bello paraje, entre montañas,
tendrá un bello cementerio, con Almas en Pena…
La Pareja Jurídica
En el juzgado de instrucción, que cubre los asuntos jurídicos de varias poblaciones, incluida La Villa Maldita, trabaja un estricto experto, de reconocida reputación, es forense.
Casi todas las personas, a las que trata, le odian por diversos motivos, entre ellos, los cesa de su puesto de trabajo, por bajas médicas, tanto físicas como psicológicas…
A ningún paciente, le indica su propio nombre, pocos insisten en saberlo. A esos les indica que está designado, por un número de agente… y prosigue, con su entrevista.
— Hay mucho Hijo de Puta suelto —dice la jueza.
— Y mucha gente sin diagnosticar —replica el Forense— Esposa, por favor, no digas tacos. No es conveniente, por tu puesto de trabajo, los comentarios soeces, no benefician a ninguno.
— Esposo mío —sigue ella— Solo hablo contigo de todo esto. ¡Cómo te pones por nada! Ahora no estamos en el trabajo.
— Esposa, me han comentado ciertas aptitudes tuyas…
— ¿Quién? —pregunta la jueza.
— Nadie, lo he escuchado —dice él excusándose— Ahora te dedicas a buscar vacíos legales, a los cacos… No te entiendo, de verdad qué sacas con eso. Si no van a dejar de hacer daño…
— Mira esposo —comenta la Jueza— Ya sabes que tú y yo, nunca seremos iguales y nunca estaremos de acuerdo. Hay de aceptarlo y sobrellevarlo.
— ¿El qué? —pregunta él— Que no hagas bien tu trabajo, tú misma. Pero cualquier día, tendrás problemas.
— Seguro, esposo —afirma ella— Pues lo que yo sé, es que los problemas los tienen los honrados y estrictos. Gente como tú, no quiero discutir. Voy a dormir.
La Chica Triste de la Villa Maldita
Eran los 80, ¡Qué grande la música! Una chica, liberada sexual, guapa, buen cuerpo…
— ¡Vaya ritmo! ¡Mira cómo se menea y nos mira! ¡Esta quiere marcha…! —gritan unos chicos al verla.
— Cuando cierren, le decimos que nos vamos al huerto a seguir la fiesta y nos la llevamos… —comenta uno de ellos— ¡Se tiene que desvirgar mi hermano!
— ¡Pero si solo tiene 16 años! —dice otro entre risas.
— ¿Y qué? —pregunta el primero— que a ti también te va a tocar parte del pastelito, tranquilo. Voy a hacer unas llamadas.
— ¿A quién? —pregunta el mismo.
— Al banquero, a unos guardias, al alcalde, a un policía y unos cuantos amigos más, ¡hoy mojamos todos! —dice sarcásticamente y con chulería.
La fiesta estaba a punto de terminar en la discoteca. ¡Menudo plan tenían, esos putos desgraciados para la chica…!
Ella, consciente, llorando mientras se turnaban para violarla y lo peor de todo… ahí estaba hasta el futuro esposo de su prima hermana. Era policía. La metió la pistola por la vagina mientras la sodomizaba…
La Chica Guapa de la Villa Maldita
Estaba en el hospital. Inconsciente y sedada. La sangre fluía por todo su cuerpo. Una gran hemorragia interna, hizo que su espíritu abandonase su cuerpo…
Días atrás, se dio cuenta de que estaba embarazada. Al principio, él la dijo que la quería. Después que sus amigos, también…
Era joven, confiada y con grandes problemas familiares. Su padre alcohólico, su madre discapacitada… Quedó con una señora mayor, que un militar al que amaba y al que dio su cuerpo, la recomendó…
Esa señora mayor, la practicó un aborto con unas agujas de punto… y días después, se desangró y murió. Ahora es un alma en pena, llora y llora por ese amor que nunca tuvo y que la mató. A él no le importó mucho, solo lo justo.
Ahora, todo olvidado y… ¡A lo hecho, pecho! Sargento jubilado, ¡Qué gran fichaje del ejército!